En estos días ha llamado la atención una propuesta legislativa que, más que respuestas, ha despertado preguntas. ¿Es realmente necesario crear un Ministerio del Hombre para prevenir feminicidios? ¿O estamos ante una idea que, aunque intenta abordar un problema real, lo hace por un camino equivocado?
Resulta curioso que mientras el Gobierno plantea reducir estructuras y fusionar instituciones para hacer más eficiente el Estado, desde el Congreso se impulse la creación de un nuevo ministerio. Y más aún, en un contexto en el que muchos cuestionan la utilidad de entidades como el Ministerio de la Mujer o el de la Juventud, y se van más allá, pidiendo su eliminación.
La violencia de género es un drama social que necesita atención constante, pero no parece que la solución esté en añadir más burocracia o cargas administrativas. Las instituciones encargadas de prevenir, sancionar y acompañar ya existen (Ministerio de Interior y Policía, Ministerio Público, Procuraduría…). Lo urgente es fortalecerlas, exigirles resultados y garantizar que cada protocolo funcione cuando más se necesita. Lo urgente sería un Código Penal más robusto, con penas replanteadas.
Obviamente que todos merecen atención, pero cuando se habla de equidad de género, es importante no perder de vista el enfoque. Esta propuesta, aunque sea bien intencionada, corre el riesgo de desviar la conversación, restando fuerza a las herramientas que ya están en marcha y que deberían estar funcionando mejor.
Ahora queda ver si esta iniciativa avanza o si, como ha pasado con otras, se queda en el camino. Mientras tanto, ojalá el debate nos lleve a algo más productivo: evaluar qué está fallando, exigir que se cumplan las leyes y centrar los esfuerzos en lo que realmente puede salvar vidas. A fin de cuentas, no creo sea imperante crear más oficinas, sino más bien hacer mejor lo que ya está sobre la mesa.
@CorporanYasmel
yasmel.corporan@listindiario.com
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