Hambre e inseguridad son dos elementos que el dominicano sufre todo el día, todos los días, porque el candidato Luis Abinader incumplió sus promesas de la pasada campaña y se convirtió en un mito viviente que ha devaluado su palabra.
Como presidente Abinader es mucha comedia y poca comida. Con una publicidad nunca vista se desarrolla el montaje de espectáculos que solapan la realidad nacional.
Su caminar por el país ha sido prometer e incumplir montando un show, una comedia en cada tramo, para distraer la opinión publica partiendo del principio que el pueblo tiene mala memoria. A principios de gobierno, ante la presión popular contra la reforma fiscal y la reforma constitucional para modificar el actual sistema electoral, inventó la comedia de reunirse con todos los sectores políticos y sociales y resultó en nada.
Contra el escándalo Intrant montó la comedia de Quico la Quema; para mermar el impacto de la conformación Rescate RD montó una comedia con disfraz de militar y despliegue de tropas y equipos bélico para cerrar la frontera, pero los haitianos siguieron adelante con el canal que habían concertado con el gobierno dominicano.
Inició el gobierno con la comedia de combate a la corrupción apresando numerosas personas, pero aún no hay condenas mientras tanto, sus compañeros sospechosos de haber robado miles de millones de pesos en decenas de operaciones no han sido tocados.
La lista de comedias como la empalizada fronteriza; el millón de empleos; la construcción de hospitales con actuación en vivo en la Plaza Luis Aybar; la fallida circunvalación de Baní; o la repetidamente falsas obras viales en el DN con parqueos y todo; las inauguraciones a medio palo como la represa de Monte Llano o la de los carritos voladores de Santiago; la peste porcina fue espacio para importar carne desde países con ganado enfermo; las diferentes versiones de la cometida montadas en televisión de su oposición a la reelección y también la comedia del desarrollo turístico del sur con la puesta en escena en el muelle turístico de Pedernales.
Sin embargo, hay muchos que se inclinan a darle el primer premio a la desastrosa comedia de cerrar las fronteras para impedir el desvío del rio Dajabón por su fatal impacto en la economía nacional.
Las promesas de la pasada campaña han incentivado la creatividad teatral del presidente Abinader y han estado presentes sus comedias: Prometió bajar en un 20 por ciento la Canasta Básica y para lograrlo autorizó la importación de productos en los que somos autosuficientes, como el pan de agua y los precios siguen subiendo; la comedia Plan de Seguridad Giuliani requirió de técnicos importados uno de los cuales explotó como cohetico chino sin resolver nada mientras tenemos un el Fideicomiso de la Policía del que nadie sabe de qué se trata.
Así como comedias también hay tragedias en cartelera como la compra de políticos y bocinas o despilfarrar miles de millones de pesos en publicidad para hacer potable figuras sin brillo o acallar las fallas en los servicios públicos como educación, transporte y salud.
Por: Alfredo Freites;-
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