❝Punto de Mira❞.》》》
Con bombos y platillos el presidente Luis Abinader anuncia varios acuerdos con la República Cooperativa de Guyana, uno de los países más atrasados de América del Sur, con lo que nuestro país se consagra como inversionista extranjero en materia de petróleo y productos agrícolas.
Estos acuerdos nos convierten en exportadores de capital y promotores de la agroindustria para mejorar el nivel de vida de Guyana, una paradoja pues los productores nacionales están reclamando apoyo para impulsar y recuperar la independencia alimentaria que se va perdiendo bajo esta administración gubernamental.
Mientras los productores agrícolas y de pollo reclaman atención, el gobierno saca capitales para invertirlos en el extranjero en una refinería de petróleo, renglón que va en declive acelerado.
El presidente Abinader dijo: “Yo no recuerdo un acuerdo entre dos países más trascendente que este, donde se nos va a permitir explotar en un bloque petrolero, en un acuerdo de gobierno a gobierno, tener participación mayoritaria en una refinería, en una petroquímica, pero que al mismo tiempo va a servir para tener la seguridad energética y alimentaria al país de Guyana”.
Aunque es parte del estilo de nuestro presidente el prometer y no hacer, las firmas de los acuerdos ameritan una investigación porque estamos hablando de inversiones multimillonarias que significa un mayor endeudamiento en algo no prioritario.
Además de la inversión petrolera el presidente Abinader habló de comprar tierras en Guayana para sembrar sorgo y maíz, lo que nos lleva a la pregunta de si exportaremos agricultores o dejaremos el control al gobierno extranjero, o carecemos de áreas para sembrar. Hay que advertir que Venezuela reclama una gran parte de la zona occidental de Guyana por lo que hay que descartar que la intención de la finca no sea en el área en litis.
También hay que pensar que al gobierno le podría quedar unos meses y nada de lo contratado se realiza en breve tiempo, pero como esta administración es la promotora de todo tipo de acuerdos publico privado, podría ser que el Estado dominicano sea una pantalla de un negocio más profundo.
Que un país agrícola monte una finca en el extranjero es una curiosidad para productores nacionales, pero tampoco es para alarmarse si tenemos presente que este gobierno es prometer y nada de hacer.
Por Alfredo Freites ;-
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