Poco a poco salen a la luz las piezas reservadas
que forman parte del rompecabezas de la desaparición de la niña Carla
Massiel Cabrera Pérez hace mÔs de un año, suceso que conturbó a la
sociedad dominicana.
Cuando ya muchos creĆan que el caso quedarĆa sepultado en el misterio mĆ”s insondable, el hallazgo de unas osamentas en un lugar próximo al de su vecindario, desde donde desapareció el 25 de junio del 2015 raptada por dos hombres en una motocicleta, parece haber dado pistas valiosas para esclarecerlo.
Y en la medida en que los hilos del ovillo se han ido desenredando, otro elemento inesperado, el que tiene que ver con la extracción de sus órganos, emerge con fuerza dentro de la investigación que lleva a cabo la FiscalĆa de Santo Domingo sobre el descubrimiento de las osamentas y las probables causas del homicidio.
En una orden judicial emitida por la Coordinadora de los Juzgados de
la Instrucción del Distrito Judicial de Santo Domingo, jueza Marcia R.
Polanco de Sena, se autoriza a la fiscalĆa de esa provincia a realizar
el allanamiento del Centro MƩdico Integral II de Hainamosa, como parte
de la logĆstica de investigación del caso.
Concretamente se menciona, como razón para el allanamiento, la presunta culpabilidad de la ley 329-98, de salud, que regula la donación de órganos humanos; la de trata de persona y la del menor, entre otras, “en perjuicio de la menor de edad C.M.C.P. y el Estado Dominicano”.
Estas siglas no dejan la menor duda de cuÔl ha sido, desafortunadamente, la suerte de la niña Carla Massiel. Lo que aturde y conmueve, ademÔs, es la presunción de la probable motivación de su secuestro y desaparición: la extirpación de sus órganos.
Las leyes violentadas, en especĆfico artĆculos literales y numerales, segĆŗn la orden que autoriza el allanamiento, tampoco dejan dudas de hacia dónde ha estado orientada la investigación de la FiscalĆa de Santo Domingo, evidentemente una investigación delicada porque lo que se trata de esclarecer se sale del cuadro comĆŗn de los homicidios en el paĆs.
Para una sociedad que estuvo unida mĆ”s de un aƱo en el reclamo constante para que se esclareciera la desaparición de la niƱa Carla Massiel, lo que importa ahora es que el esfuerzo de encontrar la verdad culmine aportando todas las pruebas que hasta ahora habĆan quedado atrapadas en el ovillo de su misterio.
Cuando ya muchos creĆan que el caso quedarĆa sepultado en el misterio mĆ”s insondable, el hallazgo de unas osamentas en un lugar próximo al de su vecindario, desde donde desapareció el 25 de junio del 2015 raptada por dos hombres en una motocicleta, parece haber dado pistas valiosas para esclarecerlo.
Y en la medida en que los hilos del ovillo se han ido desenredando, otro elemento inesperado, el que tiene que ver con la extracción de sus órganos, emerge con fuerza dentro de la investigación que lleva a cabo la FiscalĆa de Santo Domingo sobre el descubrimiento de las osamentas y las probables causas del homicidio.
Concretamente se menciona, como razón para el allanamiento, la presunta culpabilidad de la ley 329-98, de salud, que regula la donación de órganos humanos; la de trata de persona y la del menor, entre otras, “en perjuicio de la menor de edad C.M.C.P. y el Estado Dominicano”.
Estas siglas no dejan la menor duda de cuÔl ha sido, desafortunadamente, la suerte de la niña Carla Massiel. Lo que aturde y conmueve, ademÔs, es la presunción de la probable motivación de su secuestro y desaparición: la extirpación de sus órganos.
Las leyes violentadas, en especĆfico artĆculos literales y numerales, segĆŗn la orden que autoriza el allanamiento, tampoco dejan dudas de hacia dónde ha estado orientada la investigación de la FiscalĆa de Santo Domingo, evidentemente una investigación delicada porque lo que se trata de esclarecer se sale del cuadro comĆŗn de los homicidios en el paĆs.
Para una sociedad que estuvo unida mĆ”s de un aƱo en el reclamo constante para que se esclareciera la desaparición de la niƱa Carla Massiel, lo que importa ahora es que el esfuerzo de encontrar la verdad culmine aportando todas las pruebas que hasta ahora habĆan quedado atrapadas en el ovillo de su misterio.
Tomado del editorial del
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