El presidente Abinader ve a su PRM descender en las encuestas y también disminuir su popularidad personal, ambas son cosas naturales de la vida. La fama pasa, por eso hay que hacer cosas trascendentes y el mandatario aún tiene tiempo. Su testamento político será su obra de gobierno.
En la antigua Roma se asentó la frase latina “Memento Mori” que era una advertencia de la fragilidad de la vida y al mismo tiempo un llamado a vivir con un propósito porque el poder y la gloria son efímeros. Hay que estar centrado en el presente porque en él se escribe la historia y Abinader ya está en el futuro, es uno de los pocos que se arropará con las hojas que guarecen el tiempo.
El mandatario agota cinco años de ejercicio y puede dedicarle un rato a meditar su papel en el ejercicio del poder. Si, mirar hacia atrás para hacer un mejor adelante. Se dice que ha tomado un billón 300 mil pesos en préstamos con una pobre inversión en obras públicas, en claro seguimiento del estilo de sus antecesores. Pero eso puede cambiar.
La inversión pública es lo que define a un presidente porque hace las obras para evitar problemas del mañana. El actual gobierno ha dejado marchitar el crecimiento de la nación y también sus propias ofertas. Eso apena. Muchas personas están descreídas porque por las cloacas se fueron sus esperanzas. Quizás el ejército de abstencionistas electorales aumente su nómina, pero esto parece no tener importancia.
Abinader es uno de los dos principales dirigentes del PRM y su dedo pesará mucho en la próxima selección del candidato presidencial en ese colectivo. Esa persona levantará como trofeo la obra de 8 años de gobierno y será también el nicho de un mandatario que apostó su resto para extender su gestión y borrar el baldón de tribu cuatrienal que viene desde el PRD por la pobreza de su gestión.
De nada sirve recordar el borrón de no reelección en los estatutos del PRM, aunque la historia se puede atribuir a las viejas siglas porque el partido es el mismo, Si, el partido son los hombres que lo integran, que supuestamente están orientado por el mismo liderazgo.
En el actual PRM no hay un aspirante que supere los números de su partido y el impedimento de competir atrofia el crecimiento del posible relevo. Esa realidad ayuda al partido Fuerza del Pueblo que crece en simpatías porque se lo ve como un colectivo con experiencia de Estado, mientras su contrario se derrumba por las promesas incumplidas y escándalos de corrupción sin castigo.
Abinader puede influir en el cambio de percepción popular. Si se concentra en ejecutar una obra de gobierno, terminar las obras y sancionar lo mal hecho abonará el camino de su propio partido o por lo menos ensanchará su papel en la historia, algo que hasta ahora luce con poco brillo. El merece mucho más.
La publicidad y la propaganda no sostienen por mucho tiempo lo que es falso.
Por: Alfredo Freites;-
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