Con esta experiencia de vida entendí perfectamente que cuando queremos retener personas en nuestro entorno personal, laboral o político simplemente estamos provocando una situación que al final haga más daño que bien, y que a veces por no soltar nos alejamos de lo mejor, todo se supera pues hasta cuando perdemos un ser querido lo recordamos y los extrañamos, pero seguimos viviendo, si esto es posible ¿por qué no entendemos qué hay cosas insignificantes que hay que soltarlas para tener más tranquilidad y paz?
El que se quiera ir por su voluntad de nuestra vida o de nuestro entorno, ábrale las puertas y deséele buena suerte, pues de esta manera ayudamos, si les va bien o mal será una experiencia más de vida, de lo que nunca estaremos de acuerdo es de rogarle a nadie para que esté a nuestro lado, ahí sí es verdad que nos hacemos mucho daño.
Disfrutemos los buenos momentos que nos da la vida y nunca nos aferremos a nada ni a nadie, nada es eterno, aunque hay lazos sanguíneos que solamente la muerte misma lo superan.
Por: Miguel Florentino Jiménez;-
@MFlorentinoJ
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